“¿Hay para Dios alguna cosa difícil?” (Génesis 18:14)
“Jesús les dijo: Lo que es imposible para los hombres, es posible para Dios” (Lucas 18:27)
“¡Cuán preciosa, oh Dios, es tu misericordia! Por eso los hijos de los hombres se amparan bajo la sombra de tus alas” (Salmo 36:7)
Cuando se disolvió la Unión Soviética hubo muchísimos cambios en Europa del Este. En esos momentos, una joven de Argentina, nacida en aquellos lugares, quiso viajar a Europa, pero en lugar de hacerlo como Argentina, deseo viajar con pasaporte europeo. Para eso, fue al consulado del país donde había nacido, pero allí no la reconocieron, pues sus padres no eran ciudadanos de ese país, sino extranjeros que se encontraban de paso en el momento de su alumbramiento. Por lo tanto, le aconsejaron que tramitara su ciudadanía en el país de sus padres por derecho sanguíneo. Con esta información, fue al consulado del país donde habían nacido sus padres, pero allí también le dijeron que ella no podía nacionalizarse, pues ellos mantenían una forma de ciudadanía territorial y ella no había nacido bajo su territorio. Aunque parezca irrisorio, debido a ciertos detalles legales no calificaba para ningún país.
Siempre que hay reestructuraciones y leyes nuevas, hay muchas cosas que ir viendo en la marcha, de lo contrario encontraremos casos así, que no sabremos cómo tratarlos.
Lo mismo sucede cuando debemos ocuparnos de las cosas espirituales. La ley de Dios que es santa justa y buena nos lleva a contemplar cada caso en particular, no a obrar de manera legalista sin contemplaciones. Pues si no contemplamos cada caso en particular con todos sus detalles, quedarán muchos casos eternamente sin solución por no saber clasificarlos como corresponde.
Continúa en parte (2)
Pensamientos para reflexionar