“Esto recapacitaré en mi corazón, por lo tanto esperaré. Por la misericordia de Jehová no hemos sido consumidos, porque nunca decayeron sus misericordias. Nuevas son cada mañana; grande es tu fidelidad” (Jeremías 3:22,23)
“Bendito el Señor; cada día nos colma de beneficios El Dios de nuestra salvación. Selah” (Salmo 68:19)
La Biblia dice que las misericordias del Señor son nuevas cada mañana, porque grande es su fidelidad. (Jeremías 3:21,22)
¿Por qué se nos dirá que nuevas son cada mañana? ¿Tenemos necesidad que se renueven cada día? Ciertamente que sí. Cada día estamos expuestos a problemas, peligros a todo tipo de pruebas nuevas, ante las cuales, si el Señor no estuviera para protegernos, sucumbiríamos.
La salvación en su aspecto judicial, se obtiene de una vez y para siempre. Quien arrepentido, acepta a Cristo como su único y suficiente salvador, es salvo de una vez para siempre, con salvación eterna. (Hebreos 5:9, 9:12) Pero la salvación diaria de los peligros que nos acosan, en el sentido de ser librados, es algo que necesitamos diariamente.
Nadie puede decir: “Hoy es mi día de descanso, me quedaré en casa, no necesito de las misericordias del Señor” o cosas por el estilo, pensando en que habrá momentos cuando no esté tan expuesto. Pues cada día tiene lo suyo y nos pone a prueba. Si el Señor en su gracia y con sus recursos no estaría con nosotros, caeríamos en pecado, pues nuestro ánimo, humor, paciencia y longanimidad fallarían.
¡Bendito sea nuestro Dios que nos socorre en su gracia! Ser conscientes de eso es una bendición. Muchos no se dan cuenta, y se ensoberbecen y se descuidan. Siendo conscientes, seremos más dependientes, y entonces, sintiéndonos débiles, seremos fuertes.
Pensamientos para reflexionar