“Mas … el Espíritu Santo… él os enseñará todas las cosas, y os recordará todo lo que yo os he dicho” (Juan 14:26)
“Jesús dijo: Cuando venga el Espíritu de verdad, él os guiará a toda la verdad; porque no hablará por su propia cuenta, sino que hablará todo lo que oyere, y os hará saber las cosas que habrán de venir. El me glorificará; porque tomará de lo mío, y os lo hará saber” (Juan 16:13,14)
El Espíritu Santo cumple un papel importantísimo con relación a la Palabra de Dios.
Dios nos ha dado su Palabra. Primeramente, la ha revelado por medio del Espíritu (1 Corintios 2:10) (REVELACIÓN). Luego, ese mismo Espíritu inspiró a los santos hombres de Dios para que nos la comunicaran (1 Corintios 2:12,13 y 2 Pedro 1:21) (INSPIRACIÓN). Y luego, esa palabra, actúa en el hombre. Sin embargo, existe una dificultad. “Porque el hombre natural no percibe las cosas que son del Espíritu de Dios, porque para él son locura, y no las puede entender, porque se han de discernir espiritualmente. En cambio, el espiritual juzga todas las cosas; pero él no es juzgado de nadie. Porque ¿quién conoció la mente del Señor? ¿Quién le instruirá? Mas nosotros tenemos la mente de Cristo” (1 Corintios 2:14-16) Siendo el Espíritu Santo el que ilumina (ILUMINACIÓN) para que las Escrituras se comprendan. “Dios, que mandó que de las tinieblas resplandeciese la luz, es el que resplandeció en nuestros corazones, para iluminación del conocimiento de la gloria de Dios en la faz de Jesucristo” (2 Corintios 4:6)
En todas estas cosas obra el Espíritu para que seres como nosotros, podamos conocer y comprender a Dios.
Ahora, como creyentes iluminados por el Espíritu, debemos, interpretar esas Escrituras (INTERPRETACIÓN) y comprendiendo lo que quieren decir, buscarle la APLICACIÓN correspondiente para que esa Palabra lleve fruto en nosotros.
Pensamientos para reflexionar