“El que tiene mis mandamientos, y los guarda, ése es el que me ama; y el que me ama, será amado por mi Padre, y yo le amaré, y me manifestaré a él” (Juan14:21)
“Respondió Jesús y le dijo: El que me ama, mi palabra guardará; y mi Padre le amará, y vendremos a él, y haremos morada con él” (Juan 14:23)
¿Cómo interpretar los versículos que dicen que el Padre amará aquellos que guarden los mandamientos dados por el Señor? Siendo que Dios es amor (1 Juan 4:8) ¿No ama Dios a todos los seres humanos?
Verdaderamente, Dios ama a todos los hombres sin distinción (Véase Juan 3:16) Y ama a todos sus hijos, ganados en Cristo. Pero en los versículos que se citan, tenemos el amor especial que Dios siente por aquellos que aman a su Hijo y guardan su Palabra.
Imaginemos un padre que tenga dos hijos. Uno de ellos, impone su voluntad desoyendo a su padre. Y no honra a su progenitor. Su vida, su forma de presentarse, su proceder, hace que muchas veces su padre sienta avergonzado en público. Sin embargo, es su hijo, y el padre, aunque lo sufra cada día, no deja de amarlo. Pero, ese padre tiene otro hijo, alguien que le obedece, y que no hace nada que le desagrade. Alguien que está bien unido a sus pensamientos y a sus objetivos y que vive con su padre una intimidad especial. De este hijo se podría decir que su padre le amará.
Con Dios nuestro Padre, sucede algo parecido. Que Dios ame de una manera especial a quienes aman a su Hijo y lo demuestren de la manera correcta, es decir, guardando sus mandamientos, de ninguna manera quiere decir que no ame a todos los demás.
Pensamientos para reflexionar