PROFESANDO SER SABIOS

“El fin de todo el discurso oído es este: Teme a Dios, y guarda sus mandamientos; porque esto es el todo del hombre” (Eclesiastés 12:13)

“Porque la palabra de la cruz es locura a los que se pierden; pero a los que se salvan, esto es, a nosotros, es poder de Dios. Pues está escrito: Destruiré la sabiduría de los sabios, Y desecharé el entendimiento de los entendidos” (1 Corintios 1:18,19)


Al escuchar a personas reconocidas en los campos de la ciencia, la educación, la filosofía, etc. uno se asombra de las capacidades maravillosas que Dios le ha concedido al hombre para pensar, expresarse y trasmitir sus conocimientos. Sin embargo, también causa asombro, notar como personas tan inteligentes, al no focalizar las cosas a través de Dios, pueden extraviarse tanto en sus razonamientos y autoconvencerse de que, aunque no tengan las respuestas a la mayoría de sus preguntas, se encuentran en la postura correcta; prefiriendo continuar en la ignorancia de todo cuanto desconocen y preocupa, antes que creer en Dios y aceptar lo que dice la Biblia.

En esa actitud que manifiestan personas consideradas brillantes e intelectuales, hay una voluntad activa para rehusar de plano todo cuanto provenga de Dios. “Profesando ser sabios, se hicieron necios” (Romanos 1:22) Y ¿cuál es la característica principal de un necio? La Biblia dice: “Dice el necio en su corazón no hay Dios” (Salmo 14:1) La negación de Dios, el rechazo a Dios, el vivir sin tener en cuenta la existencia de Dios, es la mayor necedad.

Parece increíble, pero es así. Personas inteligentes, consideradas brillantes, muchas veces, tomando una postura falsa, dicen, cómo les gustaría creer. Que es como decir: ¡Cómo me gustaría ser simple e ignorante como los creyentes! Cuando esa es una postura voluntaria que toman, orgullosos de su necedad.


Pensamientos para reflexionar

www.lacuevadeadulam.com.ar  weblacuevadeadulam@gmail.com

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *