“Vuestra gentileza sea conocida de todos los hombres. El Señor está cerca” (Filipenses 4:5)
“Mejor es el que tarda en airarse que el fuerte; Y el que se enseñorea de su espíritu, que el que toma una ciudad” (Proverbios 16:32)
La naturaleza misma nos enseña (1 Corintios 11:14) Y esto lo hace maravillosamente de muchas maneras. Fijémonos, por ejemplo, en la enseñanza que nos deja el comportamiento de las cabras. Las cabras, son animalitos montaraces, que andan por caminos agrestes y montañas. A veces, caminan por senderos tan estrechos que puede pasar solo una cabra por vez, donde tienen la montaña de un lado y del otro el precipicio. En esos senderos, a veces se encuentran con otra cabra en sentido contrario que quiere pasar. ¿Qué hacer en situaciones así? Volverse no pueden, pasar las dos juntas tampoco. Entonces, allí se detienen, y una de esas cabras, se acuesta en el piso para que la otra cabra le pase por encima. Lógicamente, debe sentir como la otra la pisotea, pero esa actitud resuelve el problema. ¡Qué sabiduría más grande!
La Biblia nos enseña que nuestra “gentileza”, o nuestra “mansedumbre, sea conocida de todos los hombres. (Filipenses 4:5) Ese término se utiliza para resaltar a alguien que no hace valer sus derechos. ¡Cuántos problemas hubiéramos evitado si hubiésemos tenido la actitud de las cabritas! Si siempre hubiésemos tenido esa mansa respuesta que quita la ira, en lugar de una palabra áspera que haga crecer el furor (Proverbios 15.1) Si nos hubiésemos mostrado mansos y humildes de corazón…
Recordemos siempre: Mejor es el que se enseñorea de su espíritu que el que toma una ciudad.
Pensamientos para reflexionar