“Porque este Dios es Dios nuestro eternamente y para siempre; Él nos guiará aun más allá de la muerte” (Salmo 48:14)
“Nuestra alma espera en el Señor; Nuestra ayuda y nuestro escudo es él” (Salmo 33:20)
Dios es eterno, y está por encima de nuestros tiempos.
Nosotros, creación suya, vivimos y nos manejamos en relación al tiempo. Por eso, al marcar cada etapa de nuestra vida, los que conocemos a Dios, podemos exclamar agradecidos como Samuel, diciendo: EBEN-EZER, “Hasta aquí nos ayudó el Señor” (1 Samuel 7:12)
Al mirar hacia atrás, sólo vemos la gracia de Dios que nos condujo a través de todo el camino. Un camino en el cual hubo alegrías, como también lágrimas y grandes ejercicios de corazón…
Muchas cosas podrían habernos faltado, pero el Señor jamás nos faltó. Estuvo allí con su gracia mostrándonos que “nuevas son sus misericordias cada día” (Lamentaciones 3:23)
Si hasta aquí nos ayudó el Señor, podemos tener la certeza que lo seguirá haciendo en cada etapa que comencemos. Nuestra vida con él, es un constante Eben-ezer.
Si aún estamos con vida, es porque el Señor tiene propósitos para con nosotros. “Pensamientos de paz, y no de mal” (Jeremías 29:11) No los desaprovechemos.
Si te encuentras alejado de él, recuerda: “Vuelve ahora en amistad con él, y tendrás paz; Y por ello te vendrá bien. Toma ahora la ley de su boca, Y pon sus palabras en tu corazón” (Job 22:21-22)
Si por gracia lo conoces como tu salvador, entonces “Bendice al Señor… y no olvides ninguno de sus beneficios” (Salmo 103:2)
Pensamientos para reflexionar