“Gozaos conmigo, porque he encontrado mi oveja que se había PERDIDO…”
“Gozaos conmigo, porque he encontrado la dracma que había PERDIDO…”
“Pero el padre dijo a sus siervos: comamos y hagamos fiesta; porque este mi hijo muerto era, y ha revivido; se había PERDIDO, y es hallado. Y comenzaron a regocijarse” (Lucas 15: 6, 9 y 24)
“El Hijo del Hombre vino a buscar y a salvar lo que se había perdido” (Lucas (19:10). Es interesante notar que el hombre está perdido de dos maneras. Primeramente, porque se extravió y ha perdido el rumbo y luego porque se ha echado a perder.
Para comprenderlo mejor, imaginemos que alguien pierde su teléfono móvil. En ese móvil tiene todo lo que necesita para moverse y comunicarse, pero lo perdió. El móvil está perdido porque no está con su dueño. Ahora bien, imaginemos que ese teléfono móvil, se le cayó en una zanja y con el paso de los días se deteriora completamente en el agua y el barro. Ese móvil entonces, no solo está perdido por no estar con su dueño, sino que se ha echado a perder y ya no sirve más. Esto grafica el estado del hombre.
Debido a esto, el Hijo de Dios descendió de los cielos para buscar a los extraviados, los cuales no encontrarán nunca un sentido a la vida si no están en comunión con Dios que es su creador. Porque el hombre fue creado para estar en comunión con Dios y vivir feliz bajo sus cuidados. Pero, Cristo no solo busca y encuentra al perdido, sino que lo transforma en una persona nueva, pues como se ha echado a perder, es necesario hacer que nazca de nuevo. (Véase Jeremías 18:1-6 y Juan 3:6,7)
Pensamientos para reflexionar