
“Oh Señor… Perdonaste la iniquidad de tu pueblo; Todos los pecados de ellos cubriste. Selah” (Salmo 85:1,2)
“Y a vosotros, estando muertos en pecados y en la incircuncisión de vuestra carne, os dio vida juntamente con él, perdonándoos todos los pecados” (Colosenses 3:5)
Hay personas que se preguntan si Dios puede perdonar todos los pecados. Y hay quienes dicen que eso depende de si son pecados comunes a todos los hombres o si son pecados exclusivos, cómo matar, robar, adulterar, etc. Pues allí las cosas cambian.
También hay quienes piensan que Dios perdona cualquier pecado por aberrante que sea, siempre y cuando el que lo haya cometido sea un inconverso que luego se entrega a Cristo, pero, si el que cometió el pecado es un creyente, ya no. Por eso hacen una lista con personas que no pueden comulgar con ellos debido a que cometieron pecados imperdonables.
Ahora preguntémonos: ¿Es esto así? ¿Es esto lo que muestra la palabra? Indudablemente no.
La Biblia nos muestra que Dios perdona todos los pecados, siempre que quien los haya cometido, se arrepienta y confiese lo que haya hecho mal delante de Dios. “Porque si confesamos nuestros pecados él es fiel y justo para perdonarnos de nuestros pecados y limpiarnos de toda maldad” (1 Juan 1:9)
Alguien preguntará: Siendo así de claro, ¿por qué hay tantas opiniones distintas al respecto? Y pensamos que posiblemente se deba al valor que se le dé al sacrificio de Cristo. Si creemos que el sacrificio de Cristo es plenamente suficiente para satisfacer las exigencias de Dios, entonces pensaremos que Dios sobre esa base puede perdonar todos los pecados, de lo contrario dudaremos.
Pensamientos para reflexionar