“Pero yo dije: Por demás he trabajado, en vano y sin provecho he consumido mis fuerzas; pero mi causa está delante de Jehová, y mi recompensa con mi Dios” (Isaías 49:4)
“Yo, pues, te envío a hijos de duro rostro y de empedernido corazón; y les dirás: Así ha dicho Jehová el Señor. Acaso ellos escuchen; pero si no escucharen, porque son una casa rebelde, siempre conocerán que hubo profeta entre ellos” (Ezequiel 2:5)
Muchas veces en la vida nos desalentamos al ver los resultados de nuestro servicio, Eso también les pasó a los profetas. Debemos tratar de que no nos suceda y seguir adelante, pues tal como alguien dijo muy inteligentemente: “El cielo será el mejor y más seguro lugar para conocer los resultados de nuestra obra” El cielo nos dará verdaderamente la mejor apreciación de las cosas.
A Ezequiel se le aviso de antemano que el pueblo era rebelde y reacio a la palabra de Dios, pero se le mandó a que les hable que, aunque no lo oyeran, esto igualmente cumpliría el objetivo divino, porque serviría para testificar que hubo profeta entre ellos. (Ezequiel 2:5)
Isaías, en alusión al sentimiento del verdadero siervo de Jehová dice que, aunque haya rechazos, el servicio fiel siempre lleva sus frutos, y mucho más allá de lo que imaginamos. (Isaías 49:6)
Y así es verdaderamente. Nosotros, quisiéramos ver el fruto de lo sembrado y quisiéramos ver como van produciéndose esos frutos, viendo conversiones, confesiones de fe, interés por las reuniones, por la Palabra etc. pero no siempre se ven esas manifestaciones. Sin embargo, podemos estar seguros de que valió la pena la siembra. Dios siempre producirá algo en los corazones de los que escuchan. Quizás no sea hoy, ni mañana, y muchas veces quizás no lleguemos a verlo, pero la Palabra del Señor no volverá vacía. (Isaías 55:11)
Pensamientos para reflexionar