CUANDO DIOS HABLA Y AL HOMBRE NO LE GUSTA

“Este pueblo malo, que no quiere oír mis palabras, que anda en las imaginaciones de su corazón, y que va en pos de dioses ajenos para servirles, y para postrarse ante ellos, vendrá a ser como este cinto, que para ninguna cosa es bueno” (Jeremías 13:10)


Dicen que en algunos pueblos de Suiza, antiguamente, cuando había un incendio, alguien se encargaba de tocar una campana para avisarle a la gente que acudiera en ayuda. Si esto sucedía seguido, la gente se quejaba y por ello algunos preguntaban con sarcasmo: “Pero, ¿Quién tiene la culpa, el que provoca el incendio o quien toca la campana?”

Josafat siendo rey de Judá visitó a Acab rey de Israel y fue convidado a salir a la batalla contra Ramot de Galaad. Al preguntar si había algún profeta de Jehová a quien se consulte primero. Acab dijo: “Hay aquí un hombre por el cual podemos preguntar a Jehová: mas yo le aborrezco, porque nunca me profetiza cosa buena, sino siempre mal” (2 Crónicas 18:7) ¡Pobre Acab! ¿Qué otra cosa podían decirle de parte de Dios, sino la verdad que no deseaba oír?

Muchas personas hoy viven lo mismo. No quieren escuchar el mensaje, ni preguntar que dice Dios al respecto sobre tal o cual cosa que desean hacer, porque están resueltos a hacer su voluntad, sin importarle lo que Dios diga. Y cuando alguien les habla de parte de Dios se quejan diciendo que siempre le predicen mal.

La Palabra de Dios no siempre dice lo que el hombre quiere escuchar, sino que dice lo que el hombre debe escuchar. ¡Éste es el momento de abrir el corazón a la Palabra de Dios!


Pensamientos para reflexionar

www.lacuevadeadulam.com.ar  weblacuevadeadulam@gmail.com

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *