“Jesús le dijo: ¿Qué está escrito en la ley? ¿Cómo lees?” (Lucas 10:26)
“Acudiendo Felipe, le oyó que leía al profeta Isaías, y dijo: Pero ¿entiendes lo que lees? Él dijo: ¿Y cómo podré, si alguno no me enseñare? Y rogó a Felipe que subiese y se sentara con él” (Hechos 8:30,31)
“Y los levitas… hacían entender al pueblo la ley; y el pueblo estaba atento en su lugar. Y leían en el libro de la ley de Dios claramente, y ponían el sentido, de modo que entendiesen la lectura” (Nehemías 8:7,8)
Dios nos habla a través de su Palabra. Hay solamente una Biblia, pero, lamentablemente, muchas interpretaciones que separan a los creyentes y originan sectas y rivalidades.
Por eso, es de radical importancia saber cómo interpretamos las Escrituras.
Se llama hermenéutica a la técnica o forma de interpretación de textos. La Biblia no tiene varias interpretaciones, aunque eso no quite que una misma lectura puede tener varias aplicaciones. Es decir: Un párrafo, puede ser aplicado al pueblo de Israel, o al cristiano en la dispensación actual.
Hay varios sistemas de hermenéutica. Los más conocidos son:
El Sistema Dogmático: Que es un sistema de interpretación que dice esto es así y no puede ser de otra manera, y que es el comúnmente utilizado por toda secta.
El Sistema Histórico Literal: Que analiza el texto, basándose en el literalismo extremo. Como diciendo: Lo que está escrito está escrito y debe interpretarse así.
El Sistema Alegórico: Que analiza e interpreta el texto siempre de forma alegórica, utilizando las alegorías como base de la doctrina.
El Sistema Crítico: Que descarta todo lo reconocido por la fe ortodoxa y pone todo en tela de juicio.
Y el sistema Gramático Literal Histórico. Donde el texto se interpreta analizando las expresiones del idioma original hebreo, griego, arameo. Teniendo en cuenta la dispensación y el contexto, reconociendo las figuras de dicción y las alegorías, sobre todo cuando son figuras declaradas.
Pensamientos para reflexionar