“Mas antes, oh hombre, ¿quién eres tú, para que alterques con Dios?” (Romanos 9:20)
“¿Dónde está el sabio? ¿Dónde está el escriba? ¿Dónde está el disputador de este siglo? ¿No ha enloquecido Dios la sabiduría del mundo?” (1 Corintios 1:20)
“El principio de la sabiduría es el temor de Jehová” (Proverbios 1:7)
El hombre fue conociendo acerca de Dios, conforme a la revelación que Dios fue haciendo de sí mismo a través de los tiempos. No debido a la sabiduría humana, pues por medio de esa sabiduría, el hombre nunca interpretó correctamente a Dios, sino todo lo contrario.
Los seres humanos analizamos todas las cosas formidablemente, pero en lo tocante a Dios, al desconocer su poder, sus planes y pensamientos, fallamos. Desechando y contradiciendo la Biblia nunca podremos encontrar la verdad y el verdadero sentir de la vida. Pues Dios se revela por medio de su Palabra.
Todo lo que el hombre piensa, lo piensa desde su condición de hombre. “Ignorando las Escrituras y el poder de Dios” (Mateo 22:29) Por eso luego las discrepancias.
La historia da testimonio como los seres humanos discutieron cosas y se burlaron de la Biblia en determinados tiempos, porque hasta ese momento eso era lo que sabían. Luego, ante nuevas evidencias, tuvieron que reconocer que la Biblia tenía razón. Siempre será así. Por eso, el hombre no debe discutir con su creador, sino reconocerlo y creer lo que le dice por medio de su Palabra, la cual lo llevará a ver no solo a Dios como un ser supremo y creador, sino también su propia condición pecaminosa y que la única solución que tiene como hombre es Cristo, pues en ningún otro hay salvación (Hechos 4:12)
Pensamientos para reflexionar