“Libra a los que son llevados a la muerte; Salva a los que están en peligro de muerte” (Proverbios 24:11)
“Te encarezco delante de Dios y del Señor Jesucristo… que prediques la palabra; que instes a tiempo y fuera de tiempo…sé sobrio en todo, soporta las aflicciones, haz obra de evangelista… (2 Timoteo 4:1,2 y 5)
Los once discípulos de nuestro Señor, recibieron directamente la gran comisión de ir por todo el mundo y predicar el evangelio a toda criatura. (Marcos 16:15) Pero, esa gran comisión se hace extensiva a nosotros, los cuales nos encontramos en el mismo apremio que ellos. “porque no podemos dejar de decir lo que hemos visto y oído” (Hechos 4:20) Por eso, actuando desde nuestra posición y con los medios que tengamos debemos presentarles a las personas el mensaje de salvación en Jesucristo.
La Palabra es clara, para ser salvos, hay que creer en Jesús como salvador, “¿Y cómo creerán en aquel de quien no han oído? ¿Y cómo oirán sin haber quien les predique?” (Romanos 10:14) Por eso nosotros, los creyentes, debemos predicarles a Cristo.
Pronto el Señor Jesús vendrá, conforme a la promesa que nos hizo. (Juan 14:3) Y los que no creyeron en él, se quedarán sufriendo las grandes calamidades que vendrán sobre la tierra. Por eso, no es justo que callemos.
Además de eso, y de todo lo que padecerán las personas sobre la tierra cuando la iglesia sea llevada a los cielos, está lo que la Biblia llama el castigo eterno, reservado para todos aquellos que rehusaron a Jesucristo. Por eso, no podemos callar. Debemos anunciarles a todos por doquier que necesitan creer y recibir a Jesucristo como salvador; porque esa es la única manera de ser salvos.
Pensamientos para reflexionar