“En toda angustia de ellos él (el Señor Jesús) fue angustiado” (Isaías 63:9)
“Porque no tenemos un sumo sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras debilidades, sino uno que fue tentado en todo según nuestra semejanza, pero sin pecado” (Hebreos 4:15)
La empatía es el sentimiento de identificación con algo o con alguien, la capacidad de identificarse con otro, compartiendo sus sentimientos. Algo que los seres humanos necesitamos mucho.
Todos los seres humanos sufrimos sobre esta tierra bajo las consecuencias del pecado, pero no todos, vivimos las mismas cosas, teniendo exactamente las mismas armas, etc. Es por eso que se necesita encontrar a alguien que se coloque en nuestro lugar, que nos comprenda y ayude. Lamentablemente, la gente, vive como dice la Biblia muy egoístamente: “Todos buscan lo suyo propio” (Filipenses 2:21) Nadie tiene tiempo para los demás.
Sin embargo, hay alguien que ve todo cuanto nos pasa y está dispuesto a escucharnos si le volcamos el corazón. Ese alguien es Jesús, El Señor y Salvador Jesucristo quien no solo nos dirá el diagnóstico de nuestro mal espiritual, el cual ya conocemos, sino también nos dará la cura. Y nos responderá, abundantemente y sin reproche (Santiago 1:5)
Él, al ser Dios ve y sabe todas las cosas. Pero, además de ese conocimiento divino, él hizo una experiencia enriquecedora al hacerse hombre, semejante a nosotros, pero sin pecado. Pues eso le permitió conocer las cosas de manera vivencial. Por eso, él puede compadecerse, nos escucha y comprende. Y siempre está presto, no solo a ayudarnos en los problemas terrenales, sino a salvar eternamente, dándole vida eterna a todo aquel que lo recibe como salvador.
Pensamientos para reflexionar