“Pablo, apóstol de Jesucristo por la voluntad de Dios, a los santos y fieles en Cristo Jesús que están en Efeso” (Efesios 1:1)
“Pablo y Timoteo, siervos de Jesucristo, a todos los santos en Cristo Jesús que están en Filipos” (Filipenses 1:1)
“Pablo, apóstol de Jesucristo por la voluntad de Dios, y el hermano Timoteo, a los santos y fieles hermanos en Cristo que están en Colosas” (Colosenses 1:1,2)
La Iglesia del Señor es un organismo vivo, no una organización, lo cual no es lo mismo. Lógicamente, la iglesia funciona bien organizada, bien coordinada “ como un cuerpo, bien concertado y unido entre sí por todas las coyunturas que se ayudan mutuamente, según la actividad propia de cada miembro, recibe su crecimiento para ir edificándose en amor” (Efesios 4:16) Por eso la Biblia no dice que los creyentes son miembros de tal o cual iglesia, sino miembros del cuerpo de Cristo (Romanos 12:5, Efesios 3:6)Es decir, miembros de la Iglesia universal de Cristo, compuesta por cada uno de los que han creído en Jesucristo como su único y suficiente Salvador , la cual tampoco tiene un nombre que la denomine para que los cristianos se diferencien, sino que, como iglesia, somos llamados a testificar la unidad del Cuerpo de Cristo.
Esta verdad no quita, que cada cristiano tenga una responsabilidad local en el lugar donde se congregue y se identifique, pues allí expresa su comunión y la testifica, pero en realidad, como creyente, bíblicamente es un miembro del Cuerpo de Cristo, no de tal o cual organización religiosa. Esa membresía religiosa existe en la tierra, pero no la estableció Dios sino el hombre porque da resultado para identificar a las personas y llevar un orden. De esa forma administrativa se manejan todas las organizaciones humanas y las iglesias, organizadas humanamente, la utilizan.
Pensamientos para reflexionar