LA HISTORIA DEL JUEZ

“Mas él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre él, y por su llaga fuimos nosotros curados. Todos nosotros nos descarriamos como ovejas, cada cual se apartó por su camino; mas Jehová cargó en él el pecado de todos nosotros” (Isaías 53:5,6)

“Jesús… llevó él mismo nuestros pecados en su cuerpo sobre el madero” (1 Pedro 2:24)


Cuentan que un juez muy honrado y respetado por todos, tuvo la difícil tarea de juzgar a su hijo acusado de malversación de fondos. Algunas personas, pensaban que siendo el padre del acusado quien tenía la tarea de juzgarlo, sería complaciente con su hijo. Sin embargo, para el asombro de todos, el juez fue implacable, y condenó al acusado con tanta o más severidad de lo que lo hubiese hecho otro magistrado. Al escuchar la sentencia, la gente quedó estupefacta. El acusado debía pagar y devolver una suma inmensa o ir a prisión de por vida.

El juez, como juez fue implacable, más como padre, fue movido a misericordia y se despojó de todos sus bienes para pagar por su hijo hasta el último centavo.

Esta historia nos hace pensar en una historia de amor superior, de un Padre y un Hijo, y que es la historia por la cual hoy tenemos la salvación. Dios como juez fue implacable, y juzgando y castigando el pecado, no dejó ni un ápice de pecado que no haya puesto y castigado en Cristo. Dios no generalizó las faltas, sino cada hecho malo, grande o pequeño a nuestro parecer, fue colocado sobre nuestro Señor, quien, como ofrenda como el pecado, fue hecho pecado por nosotros (2 Corintios 5:21)

Dios, como juez, fue implacable. Debido a esto, no hay pecado que Dios no pueda perdonar en Cristo.


Pensamientos para reflexionar

www.lacuevadeadulam.com.ar  weblacuevadeadulam@gmail.com

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *