En cuanto a la pasada manera de vivir, despojaos del viejo hombre, que está viciado conforme a los deseos engañosos, y renovaos en el espíritu de vuestra mente, y vestíos del nuevo hombre, creado según Dios en la justicia y santidad de la verdad. (Efesios 4:22-24)
“Sabiendo esto, que nuestro viejo hombre fue crucificado juntamente con él, para que el cuerpo del pecado sea destruido, a fin de que no sirvamos más al pecado” (Romanos 6:6)
Cuentan que el actor y director cinematográfico estadounidense Clint Eastwood, (93 años) estaba jugando golf con un amigo y le comentó próximamente cumpliría años. Su amigo sorprendido le preguntó, cómo hacía para mantenerse siempre activo. A lo que Eastwood le contestó: Es que no dejo entrar al viejo…
No dejó que venga el viejo y tome dominio de mi vida y comience con sus críticas, sus recuerdos, sus lamentos, sus dificultades de adaptación, sus quejas, etc. …
Ese comentario se hizo muy conocido ya que generalmente todos lo vieron como algo muy sabio. Sin embargo, para los creyentes, ese principio no es nuevo. Si a un creyente le preguntan cómo hace para poder mantenerse y vivir una vida espiritual, contestaría en un sentido, exactamente lo mismo. “No dejo entrar al viejo” Pero, Refiriéndose al viejo hombre, que está viciado conforme a los deseos engañosos (Efesios 4:22) Al viejo hombre que desea dominarnos y llevarnos a la ruina.
El viejo hombre, es lo que éramos espiritualmente en Adán, y eso no tiene mejoras. No lo cambia la religión ni los esfuerzos humanos de mejoramiento. Esa posición espiritual es cambiada debido a la obra de Cristo en nosotros, cuando nos convertimos. Por eso somos revestidos del nuevo, para no seguir ya la orientación espiritual de la carne, sino a Cristo.
¿Queremos vivir una vida cristiana victoriosa y feliz? No dejemos que se manifieste el viejo.
Pensamientos para reflexionar