LA FE NO SE BASA EN NUESTROS DESEOS

“Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve. Porque por ella alcanzaron buen testimonio los antiguos” (Hebreos 11:1,2)

“A fin de que no os hagáis perezosos, sino imitadores de aquellos que por la fe y la paciencia heredan las promesas” (Hebreos 6:12)


Alguien hablando de Cristo, alentaba a la audiencia diciéndole que todo finalmente andaría bien, porque tenemos a Cristo. Que todo iba a ir bien porque tenemos fe, y “la fe es la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve” (Hebreos 11:1) Entonces si deseamos algo y lo deseamos con fe, creyendo que lo recibiremos, eso se terminará cumpliendo.

En realidad, algo de lo que decía era cierto, porque está escrito:” Yo sé que les irá bien a los que a Dios temen, los que temen ante su presencia” (Eclesiastés 8:12) Por lo cual, todo tendrá un final feliz en un determinado momento. Pero, basar la seguridad  que todo irá bien y predicar un mensaje de aliento sobre la base que si deseamos algo con fe lo recibiremos, es una muy mala interpretación bíblica.

La fe, verdaderamente es la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve. Pero no sobre la base de nuestros deseos, sino sobre lo dicho por Dios en su voluntad. Si Dios nos dice algo en su Palabra, lo cumplirá. Sus promesas son fieles, y debemos esperarlas por fe, aunque no veamos el camino abierto para que se cumplan.

La fe espera lo que Dios dijo y tengámoslo siempre presente: Las cosas se cumplirán, no porque lo deseamos, sino porque él nos lo prometió.


Pensamientos para reflexionar

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