
“Porque también a nosotros se nos ha anunciado la buena nueva como a ellos; pero no les aprovechó el oír la palabra, por no ir acompañada de fe en los que la oyeron” (Hebreos 4:2)
“Dijeron los apóstoles al Señor: Auméntanos la fe” (Lucas 17:5)
“La fe es por el oír, y el oír, por la palabra de Dios” (Romanos 10:17)
Todos quisiéramos tener una fe viva y potente. Dios, nos ha revelado como hacer para tener una fe sana y genuina. “La fe es por el oír, y el oír, por la Palabra de Dios” (Romanos 10:17) ¿Quieres tener fe? Lee la palabra de Dios.
Algunos objetaran que hay quienes leyeron la Biblia y nunca se convirtieron. Mencionarán a personas que dijeron cómo les gustaría tener la fe de los creyentes, pero para ellos les fue imposible.
Estos testimonios turban la fe de los creyentes recién convertidos. Sin embargo, la cuestión es fácil. ¿Le creemos a Dios, o, a los hombres? Dios dijo claramente en su Palabra que él quiere que todos los hombres sean salvos y vengan al conocimiento de la verdad (1 Timoteo 2:4). Si alguien lee la Palabra de Dios, queriendo realmente conocer a Dios, tendrá un encuentro con Dios, y será finalmente llevado a los pies de Cristo para que confíe en él como su Salvador.
Debemos volvernos a las Escrituras, la Palabra por medio de la cual Dios nos habla, acrecentará nuestra fe.
Hoy la Palabra escasea hasta en los púlpitos de las iglesias, pues ha sido reemplazada por mensajes de interés general y motivacionales. La gente prácticamente lee muy poco, y si lo hacen, leen más comentarios bíblicos que la misma Biblia, por eso, no es de asombrar si la fe cristiana flaquea.
Pensamientos para reflexionar