
“Mas el fin de todas las cosas se acerca” (1 Pedro 4:7)
“Prepárate para venir al encuentro de tu Dios” (Amós 4:12)
“Ahora, pues, ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús” (Romanos 8:1)
“No serán condenados cuantos en él confían” (Salmo 34:22)
¡Dicen que a las palabras se las lleva el viento! Cómo quisiéramos que así fuera con estas palabras y que llegaran a todos aquellos que necesitan que se les pregunte: ¿Estás preparado para tu encuentro con Dios?
La pregunta no es cómo crees que serán las cosas luego de dar el último suspiro, cuando cierres los ojos en este mundo para abrirlo en el más allá. Si no, si estás preparado para cuando eso suceda, pues eso finalmente sucederá a no ser que estés preparado y esperando el regreso inminente de Cristo, quien nos llevará consigo sin que tengamos que pasar por la muerte.
Estar preparado, no es tener el deseo de estarlo, ni afirmar que lo estás porque a tu modo de ver las cosas, Dios finalmente, te recibirá en su presencia porque fuiste una buena persona, y nunca hiciste cosas tan terribles como aquellos considerados perdidos ante los ojos humanos. Estar preparado es tener la certeza de que Dios no tiene nada para reclamarte, a pesar de haber pecado mucho y de muchas maneras. Que Dios ya no puede condenarte porque tienes a Cristo como tu Salvador quien pagó con su vida muriendo por tus pecados.
Si hoy reconoces ser un pecador perdido que nada puede hacer por salvarse a sí mismo, y crees en Jesucristo como tu único y suficiente salvador personal, estarás preparado. Porque ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús.
Pensamientos para reflexionar