EL SEÑOR COMO CENTRO Y SU PUEBLO RODEÁNDOLE

“Y harán un santuario para mí, y habitaré en medio de ellos” (Éxodo 25:8)

“Acercándoos a él, piedra viva, desechada ciertamente por los hombres, mas para Dios escogida y preciosa, vosotros también, como piedras vivas, sed edificados como casa espiritual y sacerdocio santo, para ofrecer sacrificios espirituales aceptables a Dios por medio de Jesucristo” (1 Pedro 2:4,5)


Dios habitó en medio de los redimidos (Éxodo 25:8) El libro de Números nos muestra el orden y como acampaban en el desierto, y allí principios espirituales bien marcados para nosotros. El Señor como centro, y nosotros, congregados hacia su Nombre. (Mateo 18:20) 

En toda congregación uno quisiera ver a todos los hermanos firmes en sus puestos, batallando por la fe, y sirviendo al Señor y los estimulamos a que participen. En Números tenemos el orden para saber cómo hacerlo.

Se formaban tres círculos y el santuario era el centro. Los sacerdotes oficiaban en el santuario y estaban allí directamente en la presencia del Señor. Luego, alrededor inmediato del tabernáculo, acampaban los levitas que se ocupaban de las tareas santas y tenía la guarda del Tabernáculo (Números 1:50 y 53) Y finalmente, los guerreros, los hijos de Israel por sus banderas (Cap. 2.2)

Hoy, en nuestra dispensación todos somos guerreros, levitas y también sacerdotes (1 Pedro 2.2) Pero los hijos de Dios no comenzamos como guerreros, sino primeramente como sacerdotes, adorando. Luego en el sentido espiritual sirviendo como Levitas, cada cual en la tarea que se nos haya confiado. Y luego sí como buenos guerreros combatiendo por la fe. Por lo tanto, alentemos a los hermanos primeramente a tomar su lugar como sacerdotes, en la adoración, para lo cual no se necesita tener un don. Y luego Sí, sigamos avanzando hacia el exterior.


Pensamientos para reflexionar

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