DISTINCIÓN ENTRE PECADOS

“¿Qué, pues? Somos nosotros mejores que ellos? En ninguna manera…

Como está escrito: No hay justo, ni aun uno; No hay quien entienda. No hay quien busque a Dios” (Romanos 3:9-11)


Al ser humano le gusta hacer distinción entre un pecado y otro, pero ¡cuidado! que si bien es cierto que el pecado, aquí en la tierra tiene distintas repercusiones, ante Dios, nos coloca a todos en una misma línea.

Los pecados marcan una verdad terrible: Todo hombre es pecador. (Eclesiastés 7:20)

El hombre no es pecador porque peca; sino que peca, porque es pecador.

“Toda injusticia es pecado” (1 Juan 5:17) Un sólo pecado destituye y nos priva de la comunión con Dios, no importa cual fuese, y esto a Dios le duele.

Esa tendencia de hacer diferencia entre pecados, es porque en el fondo, no somos conscientes de lo malvado que es nuestro corazón. Decimos: “Cristo Jesús vino al mundo a salvar a los pecadores”, y nos gozamos, pero no nos vemos tan pecadores como los demás.

Reconocemos haber pecado, sin embargo muchas veces nos jactamos de no ser tan bárbaros como aquellos que han cometido pecados altamente condenados por la sociedad.

Dios no nos ve así. Él sabe que nuestro corazón es capaz de todo eso y mucho más y si no lo hemos hecho, es porqué faltó la ocasión. La gracia, cultura, educación, medios de contención, y  no haber estado en ese tiempo y lugar, nos han librado de muchas cosas, pero somos igualmente pecadores perdidos por naturaleza, necesitados de la gracia de Dios


Pensamientos para reflexionar

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