“Han cerrado sus ojos; Para que no vean con los ojos, Y oigan con los oídos, Y con el corazón entiendan, Y se conviertan” (Mateo 13:15)
Parece increíble que alguien se declare ateo, sin embargo, personas reconocidas como inteligentes dicen serlo
Muchos se excusan en haber sido defraudados por la religión, o en no comprender la existencia de Dios en un mundo como el actual. En no poder tener fe, o reconociendo no querer sujetarse a imposiciones que piensan les impondría el creer en Dios, lo cual, según ellos, “les quitaría libertad”.
Sin embargo, no creen en Dios porque se niegan a CREERLE A DIOS, ya que, como se dice: lo que uno niega no existe, y ¿cómo creerle a alguien que no existe?
Pero Dios no puede ser burlado. Lo que no creen, es en el pecado; pues lo relativizan. No creen en ser pecadores, porque justifican el mal. No creen en el cielo ni en el infierno, porque los intranquiliza. Pero, Dios habla de estas cosas claramente en la Biblia Leer (Romanos 5:12– Eclesiastés 7:20 — Mateo 25:46)
Eligen no creer en Dios apoyándose en sus razonamientos, por la atracción que tienen a lo que es contrario a Dios, Aunque: se necesita más credulidad para negar la existencia de Dios y que luego todo tenga sentido que, para creer en él, tomando simplemente la posición de una criatura ante su creador.
La dificultad radica, no en la falta de fe, sino en la actitud que voluntariamente se adopta ante Dios.
Pensamientos para reflexionar
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