
“Hermanos, ciertamente el anhelo de mi corazón, y mi oración a Dios por Israel, es para salvación” (Romanos 10:1)
“Os saluda Epafras, el cual es uno de vosotros, siervo de Cristo, siempre rogando encarecidamente por vosotros en sus oraciones, para que estéis firmes, perfectos y completos en todo lo que Dios quiere” (Colosenses 4:12)
George Muller, el misionero y predicador inglés, era un hombre de fe y oración, y llevaba siempre consigo una libreta donde anotaba sus oraciones. Allí anotaba el motivo de la oración, la fecha en la que comenzaba a orar y la fecha de la respuesta divina. Esa modalidad es muy adecuada y alentadora para llevar una vida de oración más certera.
Así también, ciertos regímenes alimenticios, hacen que cada persona que comienza el régimen, anote todo lo que ingiere, sólido o líquido, para luego cotejar que es lo que está comiendo y corregir errores. Incluso hay APPS para anotar esas cosas que agendan un conteo perfecto de calorías, carbohidratos, etc.
En cuanto a la oración, si uno anotara los temas por los cuales ora, no solamente oraría mejor y ordenadamente, sino que se daría cuenta de cómo ora, y vería, si sus oraciones son generalmente conducidas por el Espíritu, o simplemente por los sentimientos. Revisando lo que anotamos, nos daremos cuenta hacia donde enfocamos con nuestra oración y mejoraremos, pues pediremos más inteligentemente.
Si pensamos bien, veremos que nuestro primer sentimiento al orar por alguien, será por su salvación y para que viva una vida santa de fe. Luego recién por todas las demás cosas. Esto, tanto al orar por incrédulos como por creyentes. Pues a pesar de ser creyentes, no siempre los creyentes viven conforme a la verdadera voluntad de Dios.
Pensamientos para reflexionar