“No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos” (Mateo 7:21)
¿CONVERTIDOS O CONVENCIDOS?
¿Convertidos o convencidos? Esto, que se toma como un juego de palabras, es mucho más que eso, es una realidad preocupante.
Un convertido, es alguien que ha pasado de muerte a vida. Alguien que escuchó el evangelio, fue tocado profundamente, recibió la buena nueva y se volvió a Dios. Antes, caminaba en un camino que le parecía derecho, pero su fin era un camino de muerte (Proverbios 14:12) Ahora que se volvió a Dios, camina en otra dirección. Es un peregrino en dirección al cielo, va en otra dirección, teniendo otras cosas delante de sus ojos que antes no veía.
En cambio, un convencido, es alguien conteste con las verdades bíblicas que se predican, pero a quien le falta ser transformado por estas verdades.
Las congregaciones, las familias cristianas, están llenas de personas convencidas que defienden sus convicciones, pero, que aún no son salvas por la fe en Cristo.
Las personas convencidas, asisten a las reuniones y por lo general aprecian las buenas exposiciones bíblicas; oran y leen la Biblia como los cristianos renacidos, pero, pronto manifiestan lo que hay en sus corazones. Los afanes de este siglo, el amor al mundo y la vanagloria de esta vida hacen que tropiecen con la Palabra.
Obviamente, todos los verdaderos cristianos debemos estar convencidos acerca de la verdad, pero ese convencimiento debe dar lugar a la conversión.
Pensamientos para reflexionar
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