Fíate de Jehová de todo tu corazón, Y no te apoyes en tu propia prudencia. Reconócelo en todos tus caminos… No seas sabio en tu propia opinión; Teme a Jehová, y apártate del mal (Proverbios 3:5-7)
“Nunca se apartará de tu boca este libro de la ley, sino que de día y de noche meditarás en él, para que guardes y hagas conforme a todo lo que en él está escrito; porque entonces harás prosperar tu camino, y todo te saldrá bien” (Josué 1:8)
Los seres humanos sufren viviendo lejos de Dios. Y eso es lógico. Porque si bien el hombre, puede hacer lo que desee, lo que no puede de ninguna manera es evitar las consecuencias. Tengamos siempre presente: Nadie puede vivir bien y sentirse bien, escribiendo su propia Biblia.
Alguien podría decir: Yo no escribo nada, solo vivo mi vida. Pero no es tan así. El hombre tiene una guía perfecta en la Palabra de Dios, que alumbra en lugar oscuro para que al andar no encuentre tropiezo y camine en sendas de justicia. (Véase Salmo 119:105, 2 Pedro 1:19, Salmo 23:3) Pero la deshecha y hace para sí mismo su propia Biblia y se guía por su parecer, por su propia opinión, haciendo ley expresiones que escuchó de algún otro, o en alguna canción, o que vio en las películas. Olvidando que, en aquellos pareceres humanos, no obra la justicia de Dios. De allí salen frases tales como: Podré perdonarte, pero no olvidar… Quien me las hace las paga… Dios perdona, yo no… o cosas por el estilo que no profesan piedad.
Todos, y mayormente los creyentes, debemos vivir en obediencia a lo que dice la Palabra de Dios. No tenemos que escribir nuestra propia guía de comportamiento. Dios nos ha dejado su Palabra, para que como criaturas suyas lo reconozcamos y vivamos una vida plena en el camino de su voluntad.
Pensamientos para reflexionar
