
Jesús dijo: “El que tiene mis mandamientos, y los guarda, ése es el que me ama; y el que me ama, será amado por mi Padre, y yo le amaré, y me manifestaré a él… El que me ama, mi palabra guardará” (Juan 14: 21 y 23)
“Nosotros le amamos a él, porque él nos amó primero” (1 Juan 4:19)
Hay cánticos hermosos que hablan acerca del amor de Dios. Hay cánticos también muy lindos que hablan del amor que sentimos nosotros hacia nuestro Señor, pero en este sentido, siempre los creyentes tratamos de ser prudentes. No haciendo demasiada gala con nuestra boca proclamando cuanto le amamos. Pues, si bien es grato poder decir todo cuanto sentimos hacia quien nos ama tanto, pensamos que, al amor, no solo es bueno cantarlo, sino manifestarlo obedeciendo su Palabra. Tal como Jesús dijo: “Si me amáis, guardad mis mandamientos” (Juan 14:15)
La Biblia dice: “Hijitos míos, no amemos de palabra ni de lengua, sino de hecho y en verdad” (1 Juan 3:18) Los hechos muestran el amor de una manera más elocuente que mil palabras.
Dios por medio de su Palabra se revela a nuestros corazones y nos declara su voluntad. Por ejemplo, nos enseña que debemos ser agradecidos en todo, porque esa es la voluntad de Dios. (2 Tesalonicenses 5:18) Nos dice: “Porque ya sabéis qué instrucciones os dimos por el Señor Jesús; pues la voluntad de Dios es vuestra santificación; que os apartéis de fornicación” (1 Tesalonicenses 4:2,3) Por lo tanto, quien ama al Señor presta atención a todas estas cosas y vive consecuentemente.
Mostrémosle al mundo que vive sin conocer el verdadero amor que, los creyentes, amamos a nuestro Señor, siendo obedientes a Su palabra, pues siempre es mucho mejor mostrarlo que decirlo.
Pensamientos para reflexionar