
“Clamaré al Dios Altísimo, Al Dios que me favorece” (Salmo 57:2)
“Tarde y mañana y a mediodía oraré y clamaré, Y él oirá mi voz” (Salmo 55:17)
“El da esfuerzo al cansado, y multiplica las fuerzas al que no tiene ningunas…los que esperan a Jehová tendrán nuevas fuerzas; levantarán alas como las águilas; correrán, y no se cansarán; caminarán, y no se fatigarán” (Isaías 40:29-31)
Dios dice en su Palabra: Clama a mí y yo te responderé, y te enseñaré cosas grandes y ocultas que tú no conoces (Jeremías 33:3)
En los momentos en que te cuesta vivir: ¡clama!
Cuando estés ahogado en un llanto: ¡clama!
Cuando seas presa de la desesperación: ¡Clama!
Cuando ya no tengas fuerzas para seguir: ¡Clama!… Que el Señor te responderá.
Los demás podrán decirte; ¡Tú puedes!, ¡Esfuérzate! Pero tú ves que, aunque lo intentas no tienes fuerzas y se te derrite el alma. No te avergüences, sino clama. La fuerza no está en ti, sino en Dios y él te la dará si clamas.
El Señor te enseñará cosas grandes y ocultas que tú no conoces. Dios tiene recursos que ni imaginamos.
Confía en él y no desesperes, simplemente clama. No le digas lo que tiene que hacer, solo clama y él hará lo mejor para ti.
Él conoce las cosas que te lastiman y las dificultades son generalmente el camino que Dios utiliza para que le entregues sin reservas tu vida a Cristo, creyendo en él como salvador.
Cristo Jesús vino al mundo para dar su vida por ti, muriendo por tus pecados. Él espera que le entregues plenamente tu corazón. Hazlo y verás la respuesta divina. “Y la paz de Dios que sobrepasa todo entendimiento, guardara tu corazón y tus pensamientos en Cristo Jesús (Filipenses 4:7)
Pensamientos para reflexionar