
“¿Podremos acaso ser salvos? Si todos nosotros somos como suciedad, y todas nuestras justicias como trapo de inmundicia; y caímos todos nosotros como la hoja, y nuestras maldades nos llevaron como viento” (Isaías 64:5,6)
Un médico, hablaba por televisión acerca de lo que él llamaba fe, y de lo importante que era esa fe en los pacientes para hacer frente a ciertas enfermedades. Aclarando, que por su formación científica, no podía creer en Dios; porque según él, no hay pruebas de Su existencia.
Finalizando sus explicaciones, concluyó diciendo que, aunque como profesional de la ciencia no podía creer en Dios, él, no obstante era creyente, pero, que como suele decirse : Lo importante es hacer el bien, ser “bueno”, después, si uno cree o no en Dios es secundario, pues Dios quiere que hagamos el bien.
Estas declaraciones, podrían parecer inteligentes y ciertas. Sin embargo, son totalmente alejadas de la verdad.
La evidencia de que existe un Dios creador, la tenemos en la creación. Si existe una creación, debe existir un creador. La Biblia dice: “Porque las cosas invisibles de él, su eterno poder y deidad, se hacen claramente visibles desde la creación del mundo, siendo entendidas por medio de las cosas hechas, de modo que no tienen excusa” (Romanos 1:20) Además, lo importante no es hacer el bien que nosotros estimamos como tal, sino creer en Jesucristo como salvador. Véase (Efesios 2:8)
Jesús dijo: “Si no creéis que yo soy, en vuestros pecados moriréis” (Juan 8:24)
Quien rehúsa creer en Jesús como único y suficiente Salvador, está perdido por la eternidad.
Pensamientos para reflexionar