“Porque ¿qué es vuestra vida? Ciertamente es neblina que se aparece por un poco de tiempo, y luego se desvanece” (Santiago 4:14)
“El hombre morirá, y será cortado; Perecerá el hombre, ¿y dónde estará él?” (Job 14:10)
“Prepárate para venir al encuentro de tu Dios” (Amos 4:12)
Nadie quiere pensar en la muerte, pero todos debemos hacerlo y estar preparados. La muerte no pide permiso, ni hace acepción de personas. A todos les llega en algún momento y es necesario estar en condiciones para recibirla.
Para estar preparado, no basta con pensar positivamente, ni imaginarse que al morir todo se termina y solo es necesario dejar arregladas las cosas aquí en la tierra. Morir no es el fin del todo ni la inexistencia, porque el alma sigue viviendo. Morir es separación. Al morir se separa el cuerpo del alma. (Véase Eclesiastés 12:7) Y cuando eso sucede, lo que se termina es la posibilidad de salvación, pues una vez muerto, ya no hay misas, ni arreglos para que la persona se salve. El llamado a la salvación es hoy y ahora. (2 Corintios 6:2)
La Biblia enseña que a causa del pecado el hombre está destituido de la presencia gloriosa de Dios (Romanos 3:23) y a pesar del gran amor que Dios siente por sus criaturas, no los puede recibir en su presencia, a no ser que reciban a Cristo como su Salvador. Cristo murió por nuestros pecados, rompió la barrera que hacía separación entre nosotros y Dios. Por eso, haber creído y confesado a Cristo como salvador nos hace estar tranquilos y en paz, preparados para morir y para presentarnos en la presencia de Dios. ¿Estas preparado?
Pensamientos para reflexionar