“Todo camino del hombre es recto en su propia opinión; Pero Jehová pesa los corazones” (Proverbios 21:2)
“Porque si dijeres: Ciertamente no lo supimos, ¿Acaso no lo entenderá el que pesa los corazones? El que mira por tu alma, él lo conocerá, Y dará al hombre según sus obras” (Proverbios 24:12)
La Biblia registra la historia de Belsasar y el banquete que hizo, cuando una mano escribió en la pared MENE, MENE, TEKEL, UPARSIN. Anunciando que Dios había contado su reino poniéndole fin. Que había sido pesado en balanza y hallado falto, y que su reino era dado a los medos y los persas. (Daniel 5:25-28)
Belsasar había reinado, pero su tiempo había llegado a su fin, y lo terrible era que Dios lo había pesado en su balanza justa y perfecta, y había sido hallado falto.
Lo que le pasó al rey, les sucederá a muchos, porque el tiempo pasa, y un día tendrán que rendir cuentas delante de Dios, y los que no hayan creído en Cristo como Salvador, al ser pesados en la balanza divina, serán hallados faltos; porque nadie llega a satisfacer las demandas divinas.
Jesús dijo: “Porque os digo que si vuestra justicia no fuere mayor que la de los escribas y fariseos, no entraréis en el reino de los cielos” (Mateo 5:20) Los escribas y fariseos podían presentarse como muy religiosos pero se necesita una justicia mayor que esa para ser salvo. Cristo es el único que da el peso y la medida que satisface el corazón de Dios, el hombre por sí mismo no. Por eso los creyentes somos salvos, porque la justicia de Cristo se nos atribuye cuando confiamos en él como Salvador.
Pensamientos para reflexionar