SOBRE EL PECADO 1

“Pero ahora, aparte de la ley, se ha manifestado la justicia de Dios, testificada por la ley y por los profetas; la justicia de Dios por medio de la fe en Jesucristo, para todos los que creen en él. Porque no hay diferencia, por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios” (Romanos 3:21-23)

Porque “Ciertamente no hay hombre justo en la tierra, que haga el bien y nunca peque” (Eclesiastés 7:20)


Pecado es todo aquello que no concuerda con la voluntad y el deseo de Dios. La falta de conformidad con la ley moral de Dios, lo cual se manifiesta en nosotros por los hechos que cometemos, por la disposición que mostramos, etc.  Según los estudiosos del idioma, hay dos palabras principales en griego, para definir al pecado en el Nuevo Testamento.

Una es HAMARTÍA, que significa, errar al blanco. De donde viene la Palabra HAMARTIOLOGÍA, que es la doctrina o estudio del pecado.

Y la palabra PARABASIS, que significa, pasar una línea, traspasar una línea prohibida.

El pecado, siempre es una falla. Errar al blanco, es fallar al objetivo señalado. El hombre constantemente falla en cuanto a los propósitos de Dios. Dios desea algo y espera que el hombre lo alcance para luego caminar en ello, pero los hombres, a causa del pecado, somos como una flecha que salió torcida y no le da en el blanco porque se queda corta, cayendo a tierra antes de llegar, o va más allá de donde debería.

El hombre se ha pervertido y va hacia las cosas que no son de Dios porque su corazón es torcido (Jeremías 17:9) “El camino del hombre perverso es torcido (Proverbios 21:8) y como lo torcido no se puede enderezar, Dios da al convertido un corazón nuevo, para que pueda cumplir sus objetivos dando en el blanco.

Continúa en parte 2


Pensamientos para reflexionar

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