
“Y la tierra se contaminó bajo sus moradores; porque traspasaron las leyes, falsearon el derecho, quebrantaron el pacto sempiterno” (Isaías 24:5)
“…Ellos, cual Adán, traspasaron el pacto; allí prevaricaron contra mí” (Oseas 6:7)
“Bienaventurado aquel cuya transgresión ha sido perdonada, y cubierto su pecado” (Salmo 32:1)
La palabra PARABASIS, que se emplea en el Nuevo Testamento para definir al pecado, significa pasar una línea, traspasar una línea prohibida. Por eso esta palabra se utiliza al hablar del pecado como transgresión, como una infracción. Tal como lo declara el apóstol Juan: “Todo aquel que comete pecado, infringe también la ley; pues el pecado es infracción de la ley” (1 Juan 3:4)
Pecar, por lo tanto, es pasarse de la raya, pasar la línea de una prohibición.
Cuando los judíos iban más allá de lo que Dios les mandaba en la ley, pecaban al hacer lo desagradable ante Dios, pero también como transgresores, pues había una ley que les ordenaba no hacerlo, y ellos la desobedecían.
Eva, siendo tentada, incurrió también en transgresión (1 Timoteo 2:14) Pues Dios había dado una orden, y ella la desobedeció pasando la línea de lo prohibido.
De esta manera, al ver que pecado, no es solo errar al blanco divino, sino traspasar la línea de algo prohibido, el hombre debe reconocer que peca constantemente en este sentido.
Si bien la palabra PARABASIS, se emplea por lo general para la infracción con respecto a la ley, cuando aplicamos su significado a las demás cosas, también debemos reconocer que constantemente los seres humanos desafiamos los límites traspasando sus leyes y principios espirituales. Por ese motivo, siendo pecadores, todos necesitamos la Salvación que solamente se encuentra en Cristo.
Pensamientos para reflexionar