SIENDO RICO SE HIZO POBRE (2)

“Se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres; y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz”  (Filipenses 2:7,8)


La  declaración: “Se hizo pobre, siendo rico,  para que vosotros con su pobreza fueseis enriquecidos” (2 Corintios 8:9) Nos hace ver la superabundante  gracia de Dios.

Dicen que la palabra pobreza, en relación con Dios, tiene una acepción diferente al que generalmente le damos.

Cuando dice: “Por su pobreza”, en relación con la pobreza del Señor, de Dios mismo manifestado en carne. No se refiere a pobreza, como la define el diccionario: Escasez de lo necesario para vivir. Etc. Porque de él “es la tierra y su plenitud” (1 Corintios 10:26)  sino que tiene el sentido, de “Alguien que no puede ni tiene nada más para dar”

Este sentido de la palabra, concuerda perfectamente con el plan de Salvación.

Pensemos: El Señor Jesús, vino para salvarnos, y dio su vida en la cruz. ¿Puede acaso alguien dar más que eso?  Imposible. Más que eso no hay. No puede dar más, porque dio hasta su vida.

 “Habiendo amado a los suyos que estaban en el mundo, los amó hasta el fin” (Juan 13:1)

Por eso, cuando se habla de este aspecto de pobreza, podríamos decir: Que el Señor dio todo cuanto tenía, para que por su todo entregado, nosotros, que no teníamos nada, recibiéramos el todo de Dios.

Esto es realmente maravilloso.

¡Nadie debe rehusar una salvación tan grande!

“¡Recibe la abundancia de la gracia!” (Romanos 5:17)


Pensamientos para reflexionar

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