“Echa sobre Jehová tu carga, y él te sustentará; No dejará para siempre caído al justo” (Salmo 55:22)
“Porque siete veces cae el justo, y vuelve a levantarse” (Proverbios 24:16)
El Señor… restaurará al hombre su justicia. Él mira sobre los hombres; y al que dijere: Pequé, y pervertí lo recto, Y no me ha aprovechado, Dios redimirá su alma… (Job:34:26-28)
Pablo le había dicho a Timoteo que fuera ejemplo de los creyentes en palabra, conducta, amor, espíritu, fe y pureza. (1 Timoteo 4:12) Algo que verdaderamente requiere consagración, pues que uno brille entre los incrédulos que no conocen a Dios y hacen cosas malas, es más sencillo que ser un buen ejemplo en medio de aquellos que también brillan para la gloria de Dios.
Esto que el Señor nos pide, sabemos que será objeto del ataque del enemigo, quien nos querrá hacer tropezar para luego acusarnos y que amedrentados por sus acusaciones dejemos de testificar de nuestro Señor. Sabiéndolo de antemano, no debemos dejarnos amilanar y esforzarnos en honrar el Nombre de nuestro Dios, a pesar de que en otro tiempo con nuestros hechos lo hayamos vituperado.
Tengamos siempre presente que no hay pecado que Dios no pueda perdonar a aquel que arrepentido le confiese su falta. Los que recibieron a Jesús creyendo en él como su salvador, tiene el derecho de ser llamado hijo de Dios (Juan 1:12) Sabiendo que Dios le perdonó todos sus pecados. (Colosenses 2:13) Por lo tanto, quien haya caído, en arrepentimiento, confesar su pecado y levantarse (Proverbios 24:16) Y testificar desde su posición que “Dios es bueno y perdonador y grande en misericordia para con todos los que le invocan” (Salmo 86:5) Y, luego, restaurado, ser ejemplo en palabra, conducta, amor, espíritu, fe y pureza.
Pensamientos para reflexionar