“El diablo… ha sido homicida desde el principio, y no ha permanecido en la verdad, porque no hay verdad en él. Cuando habla mentira, de suyo habla; porque es mentiroso, y padre de mentira” (Juan 8:44)
“… El gran dragón, la serpiente antigua, que se llama diablo y Satanás… engaña al mundo entero” (Apocalipsis 12:9)
“La ley de Jehová es perfecta” (Salmo 19:7) Por eso, ella solamente nos basta y no necesitamos más. No necesitamos otra revelación, ni nada por el estilo.
Dios utiliza su Palabra para salvarnos, para alimentarnos e iluminarnos de tal manera que no tengamos tropiezo.
Por esta causa, el diablo, que es el enemigo de nuestras almas y gran adversario de Dios, siempre atentó contra la Palabra de Dios. Recordemos la escena en el huerto de Edén. Allí, Satanás apareció maliciosamente trabajando la mente de la mujer para hacerla caer y le dijo: “¿Con qué Dios os ha dicho no comáis de todo árbol del huerto? Eso era una mentira. El diablo sabía bien que Dios no había dicho eso, sino que prohibió comer solamente de un árbol, pero el diablo siempre engaña sembrando la duda. Actualmente él dice: ¿Así que ustedes los cristianos no pueden esto ni aquello? Y ante la respuesta que se le dé, siempre dirá como le dijo a Eva: “No es así” y empezará a dar sus interpretaciones, las cuales tenemos que desechar. Hay muchos cristianos que hoy encuentran tropiezos en su vida de fe, porque escucharon a la serpiente, por medio de sus mensajeros oyendo esas explicaciones que niegan lo que está escrito en las Escrituras.
Digámosle no al diablo, y creamos solamente lo que dice la Palabra de Dios. Pues, únicamente, su Palabra es verdad. (Juan 17:17)
Pensamientos para reflexionar