RAHAB LA RAMERA (Parte 2)

UNA VIDA CAMBIADA POR LA GRACIA DIOS


Dios: “hace cosas grandes e inescrutables, Y maravillas sin número” (Job 5:9)

“Él levanta del polvo al pobre, Y del muladar exalta al menesteroso, Para hacerle sentarse con príncipes y heredar un sitio de honor” (1 Samuel 2:8)


Sin duda, muchas naciones y pueblos habían oído lo que Jehová había hecho en Egipto, pero no todos reconocieron al Dios de Israel ni temieron su Nombre. Sin embargo, Rahab obró de otra manera y cuando fueron los enviados de Josué a espiar la tierra, ella los escondió y los puso al amparo, “no temiendo la ira del rey” (Hebreos 11:27) y clamando por gracia, se puso bajo la protección del Omnipotente con una señal segura. Así como durante la pascua, el juicio solo se detendría ante una señal segura. “Veré la sangre y pasaré de vosotros” (Éxodo 12:13) Cuando la ciudad fuera entregada en manos de los israelitas, la señal segura del cordón de grana en la casa de Rahab la pondría a salvo. La grana es de color rojo oscuro. Rojo como la sangre. Rahab se adelantó al tiempo y experimentó lo dicho por el profeta: “Si vuestros pecados fueren como la grana, como la nieve serán emblanquecidos” (Isaías 1:18) Y así fue salva en todo sentido. Luego, Dios, que es rico en misericordia, también le concedió un esposo israelita: Salmón. Con quien tuvo un hijo maravilloso y fiel llamado Booz que fue quien redimió a Rut la moabita y de donde procede Obed quien tuvo a Isaí,  padre de David, de la familia de la cual nació Jesús. (Mateo 1:5,6)

¡Qué historia maravillosa! La gracia de Dios salva y transforma vidas.


Pensamientos para reflexionar

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