“Sed sobrios, y velad; porque vuestro adversario el diablo, como león rugiente, anda alrededor buscando a quien devorar” (1 Pedro 5:8)
Satanás intentará hacernos mal con poco, o con mucho.
En una ocasión, los árbitros estaban dispuestos a sancionar a cierto entrenador de futbol porque tenía la costumbre de hacer tiempo, utilizando a los alcanza-pelotas; los cuales, tardaban más de lo normal al devolver la pelota al campo de juego. Intuyendo el entrenador, que sería sancionado, cambió la estrategia, y cuando el balón se iba afuera, en vez de devolver, un balón, enviaba a seis a devolver la pelota. De esa manera, o por falta de pelota, o por demasiadas, el juego se detenía, y él, lograba su propósito.
El enemigo obra así. Muchas veces le hizo mal al pueblo de Dios haciendo que la Palabra escasee. Pocos podían leer la Biblia. “Y el pueblo fue destruido, porque le faltó conocimiento” (Oseas 4:6)
En nuestros días, y sobre todo, con los avances de la tecnología, el pueblo de Dios tiene sobre-información acerca de cualquier tema bíblico. Lamentablemente, esto no nos hizo más espirituales, porque con lo mucho, también fuimos perjudicados.
Agur decía: “No me des pobreza ni riquezas; Manténme del pan necesario; No sea que me sacie, y te niegue, y diga: ¿Quién es Jehová? O que siendo pobre, hurte, Y blasfeme el nombre de mi Dios” (Proverbios 30:8,9)
Necesitamos un equilibrio sabio, porque Satanás cambia la estrategia, y si no nos puede frenar, nos empuja.
Pensamientos para reflexionar