
“Y Samuel dijo: ¿Se complace Jehová tanto en los holocaustos y víctimas, como en que se obedezca a las palabras de Jehová? Ciertamente el obedecer es mejor que los sacrificios, y el prestar atención que la grosura de los carneros” (1 Samuel 15:22)
“Así que… tengamos gratitud, y mediante qaella sirvamos a Dios agradándole con temor y reverencia” (Hebreos 12:28)
La reacción de Pablo ante la muchacha con el espíritu de adivinación era lógica. No era recto combatir el reinado del mal, con la ayuda de los que están en el mal. No era justo bregar para que las almas sean trasladadas de la potestad de las tinieblas al reino del amado Hijo (Colosenses 1:13) con la ayuda de una sierva activa en el reino de las tinieblas. Tengamos siempre presente esto: Dios no bendice su obra, si esta se hace en desobediencia.
En la cristiandad actual, por el contrario, lamentablemente se ven muchas asociaciones incongruentes, como fruto del obrar en desobediencia a lo que está escrito.
Es muy común para la gente pensar que el fin justifica los medios. Dios tiene un fin justo, santo y bueno y los medios para lograrlos también tienen esas características. Y si bien, Dios es absoluto y puede hacer lo que quiera, como quiera y cuando quiera, sin tener que explicarnos a nosotros la razón. Él, que nos dice que no nos unamos en un yugo desigual con los incrédulos (2 Corintios 6:14) no se asocia con los infieles, ni hace nada indebido.
El éxito en las cosas de Dios, no se mide con el mismo metro que se miden las cosas del mundo. Por eso, el cielo será el lugar perfecto para evaluar los resultados de nuestro servicio. Mientras tanto, sirvamos al Señor en obediencia.
Pensamientos para reflexionar