“En tu palabra echaré la red” (Lucas 5:5)
“Esto era necesario hacer, sin dejar de hacer aquello” (Mateo 23:23)
En tiempos como los que vivimos, donde todos estamos expuestos a tantas pestes y enfermedades, muchos se preguntan cuál debe ser la actitud correcta de los hijos de Dios.
Algunos se auto proclaman inmunes, argumentando que conocen a un Dios sanador que no permitirá que se enfermen. Otros, creen que pueden enfermarse, pero tienen confianza en el Señor y arengan a todos a tener la misma confianza, sin tomar otro recaudo que la oración, desechando todo otro cuidado. Y cuando ven que alguien recurre a otras cosas, los increpan diciendo: ¿Dónde está tu fe?
La Biblia nos da el equilibrio justo a través de cosas que sucedieron como ejemplo para nosotros. (1 Corintios 10:11)
El libro de Nehemías nos muestra a personas fieles reedificando la ciudad de Jerusalén frente a una gran oposición y peligros eminentes. ¿Qué tenían que hacer frente a esos peligros? ¿Cómo debía reaccionar la fe en situaciones así?
Nehemías dice: “Entonces oramos a nuestro Dios, y por causa de ellos pusimos guarda contra ellos de día y de noche” (Nehemías 8:9)
Primero, y, ante todo: Oraron. Acción que demuestra dependencia y confianza en Dios, y luego pusieron guardas. Es decir, tomaron todos los recaudos, sin pensar que tomar recaudos podía ser considerado como falta de fe.
La fe que espera todo de Dios, no duda en aprovechar lo que la providencia divina otorga, tomándolo como una respuesta.
Pensamientos para reflexionar