“Nuestro Señor Jesucristo… se dio a sí mismo por nuestros pecados para librarnos del presente siglo malo, conforme a la voluntad de nuestro Dios y Padre” (Gálatas 1:3,4)
Por tanto, nosotros todos, mirando a cara descubierta como en un espejo la gloria del Señor, somos transformados de gloria en gloria en la misma imagen, como por el Espíritu del Señor (2 Corintios 3:18)
Para parecernos más al Señor Jesús, y poder andar como él anduvo, debemos fijar nuestra mirada en él. El objeto de nuestra visión es determinante en nuestra vida.
Dios dice: No os conforméis a este siglo… (Romanos 12:2)
Siglo, en la Biblia, no es solamente un período de tiempo, sino también describe el estado de cosas. El tiempo actual caracterizado por el sistema de este mundo malo y corrompido. Ocuparse de las cosas del mundo, hace que sin darnos cuenta, tomemos actitudes y formas más mundanas. Nos hace más a la forma de este siglo. (Nos conforma)
Meditar las Escrituras, viendo a la persona del Señor Jesús; encontrando lo que se nos dice de él en cada detalle; viendo su proceder y sus grandezas, hace que seamos transformados a su imagen. El Espíritu lo hace en nosotros, y tal como Moisés, cuando bajó del monte, luego de haber estado en la presencia de Dios; resplandeceremos. Moisés no lo había notado, pero brillaba. Así ocurrirá también en nosotros y los demás, naturalmente, lo notarán. (Éxodo 34:30)
O miramos al mundo y nos hacemos como él, o contemplamos a Cristo y somos transformados
Pensamientos para reflexionar