
“Porque de él, y por él, y para él, son todas las cosas. A él sea la gloria por los siglos. Amén” (Romanos 11:36)
“(Jesús) es la imagen del Dios invisible, el primogénito de toda creación. Porque en él fueron creadas todas las cosas, las que hay en los cielos y las que hay en la tierra, visibles e invisibles; sean tronos, sean dominios, sean principados, sean potestades; todo fue creado por medio de él y para él” (Colosenses 1:15,16)
Actualmente, hay un gran sentir humanista que contagia también a los predicadores del evangelio, Una frase que se dice al predicar comúnmente con énfasis es: Dios te ama así como eres… No importa quién eres, ni lo que haces, Dios te ama igualmente con un amor desmedido…
En realidad, Dios que es amor desde su misma naturaleza, ama a todos los seres humanos, pero sería mejor decirles a las personas no “Dios te ama así como eres” sino, “Dios te ama, a pesar de cómo eres. Pues Dios que es Santo en esencia, aborrece el pecado y en el único ser que encuentra su complacencia es en su Hijo Jesucristo (Mateo 3:17) Por él sí, siente un amor complaciente. Por nosotros, los seres humanos, siente amor benevolente, es decir que sus compasiones se mueven a nuestro favor pues Dios quiere hacernos bien y salvarnos de la condenación en Cristo Jesús, a pesar de que seamos seres pecadores por naturaleza, por hábito y por gusto y no merecedores de otra cosa sino del juicio.
Actualmente, hay un mensaje que dice que dice que Dios hizo y hace todo en vista del hombre, de tal manera que a veces parecería que se les pide a los hombres que le hagan un favor a Dios y se conviertan. ¡Cuidado! Dios exalta a su Hijo Jesucristo y él es únicamente quien tiene siempre la preeminencia. (Colosenses 1:18)
Pensamientos para reflexionar