LOS CRISTIANOS A TRAVÉS DEL TIEMPO (Parte I)

“Perseveraban en la doctrina de los apóstoles, en la comunión unos con otros, en el partimiento del pan y en las oraciones…  Todos los que habían creído estaban juntos, y tenían en común todas las cosas…  Perseverando unánimes cada día en el templo, y partiendo el pan en las casas” (Hechos 42,44 y 46)

“Y la multitud de los que habían creído era de un corazón y un alma” (Hechos 4:32)


El Señor antes de ser recibido arriba les hablo a los suyos y los envió a predicar el evangelio a toda criatura. (Marcos 16:15) Así el mensaje del evangelio y la fe cristiana se fueron difundiendo.

Los primeros cristianos fueron de origen judío, pero luego el evangelio traspasó esas fronteras y llegó a los griegos y los demás pueblos en las regiones gentiles. Así los creyentes en cada lugar comenzaron a congregarse. Lógicamente, las reuniones eran en las casas o en lugares donde pudieran llevarse a cabo. Luego, a medida que el número de personas fue aumentando buscaron un lugar donde pudieran albergase. Nadie en esos entonces pensaba que lo más importante era el edificio, porque sabían que en esta dispensación “El Dios que hizo el mundo y todas las cosas que en él hay, siendo Señor del cielo y de la tierra, no habita en templos hechos por manos humanas” (Hechos 17:24) Ni tampoco era importante como hoy en día, el ordenamiento humano, ni los títulos halagadores con los que se hacen llamar los cristianos y alimentan su vanagloria.

En el principio, todos los creyentes eran personas consagradas a Dios, y no solamente los que tenían dones evidentes y visibles, porque todos eran conscientes de tener un don recibido por Dios que ministrar “a fin de perfeccionar a los santos… para edificación del cuerpo de Cristo” (Efesios 4:12)

Continuará


Pensamientos para reflexionar

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