
Así dijo Jehová: Paraos en los caminos, y mirad, y preguntad por las sendas antiguas, cuál sea el buen camino, y andad por él, y hallaréis descanso para vuestra alma. (Jeremías 6:16)
“Entonces tus oídos oirán a tus espaldas palabra que diga: Este es el camino, andad por él; y no echéis a la mano derecha, ni tampoco torzáis a la mano izquierda” (Isaías 30:21)
La Palabra de Dios es clara. Nos manda a detenernos frente a la inmensa cantidad de caminos que ha surcado el hombre, y a preguntar, a inquirir, a ver por medio de las Sagradas Escrituras, cuál sea el buen camino, y andar por él.
Esto se lo dijo Dios a su pueblo por medio del profeta Jeremías, y nos los dice a nosotros, que somos creyentes y formamos su pueblo en la actualidad. Hay un dicho que dice: Todos los caminos conducen a Roma, y esto se había dicho por la inmensidad de carreteras que el Impero Romano había hecho en su tiempo, las cuales convergían en Roma. Pero no todos los caminos conducen a Dios. Hay un solo camino, y este es Jesucristo. (Juan 14:6) Él es el camino al Padre, y el camino por el cual debe transitar el creyente. El camino no es el del islamismo, budismo, confusionismo, como tampoco el que enseñan las sectas cristianas, sino solamente Cristo.
Por eso, es importante que quien cree en Cristo como su salvador, no siga adelante congregándose en cualquier sitio, ni de cualquier manera. Debe detenerse y ver, y comprobar por medio de las Escrituras cual sea el buen camino, cuál es la reunión donde el Señor congrega a los suyos, sencillamente y hacia su Nombre (Mateo 18:20) Que es el camino trazado que nos enseña la Palabra de Dios.
Pensamientos para reflexionar