LA SALVACIÓN IMPLICA UNA NUEVA NATURALEZA

“Participantes de la naturaleza divina, habiendo huido de la corrupción que hay en el mundo a causa de la concupiscencia” (2 Pedro 1:4)


Muchos ven en la salvación por Cristo, solamente, el perdón de pecados.

La Salvación es mucho más.

La Biblia dice claramente que el hombre es carne. “Y dijo Jehová: No contenderá mi espíritu con el hombre para siempre, porque ciertamente él es carne” (Génesis 6:3) y que “Dios es Espíritu” (Juan 4:24)

Que “el deseo de la carne es contra el Espíritu, y el del Espíritu es contra la carne; y éstos se oponen entre sí” (Gálatas 5:17)

¿Cómo entonces reconciliar al hombre con Dios? ¿Cómo congeniar dos seres tan opuestos? La única solución, es la obra de Dios en Cristo Jesús.

Si alguien intrínsecamente malo, fuera perdonado de sus pecados, seguiría igualmente siendo malo, pues el perdón no lo cambia. En cambio, Dios, cuando salva, perdona y le otorga al hombre una nueva naturaleza.

El hombre carnal-terrenal, pasa a ser espiritual-celestial (1 Corintios 15:47-49)

Quien era enemigo de Dios en su mente (Colosenses 1:21) pasa a pensar de otra manera, porque ahora tiene “la mente de Cristo” (1 Corintios 2:16)

¿Quieres ser una persona distinta? Eso es posible solamente en Cristo.

No se trata de decir: Yo creo en él; sino que, creyendo en él, se lo reciba como Salvador, entregándole la vida. De esa manera Cristo pasa a estar en nosotros, y nosotros en él, y “si alguno está en Cristo, nueva criatura es” (2 Corintios 5:17)


Pensamientos para reflexionar

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