
“La ley de Jehová es perfecta, que convierte el alma; El testimonio de Jehová es fiel, que hace sabio al sencillo” (Salmo 19:7)
Jesús dijo: “Escudriñad las Escrituras; porque a vosotros os parece que en ellas tenéis la vida eterna; y ellas son las que dan testimonio de mí” (Juan 5:39)
Dios utiliza cuatro evangelios para hablarnos de la vida y la obra del Señor Jesús. No era suficiente un solo evangelio para describir tantas maravillas
Cuatro es el número de la universalidad, y justamente el testimonio de los cuatro evangelios tiene un alcance universal “Para que todo aquel que en él cree, no se pierda, más tenga vida eterna” (Juan 3:16)
La cortina de la puerta de entrada del tabernáculo, estaba sostenida también por cuatro columnas que manifestaban la hermosura de la Púrpura, color que representa al rey; el carmesí, figura de la sangre de quien fue siervo fiel hasta la muerte; el lino fino, que es las acciones justas de los santos, y el azul, que nos habla de lo celestial, del hombre que descendió del cielo. (Éxodo 27:16)
Así lo presentan los cuatro evangelios. Si prestamos atención veremos que hay un énfasis especial en ellos.
Mateo enfatiza sobre Jesús como Rey y Mesías, presentándonos la genealogía que lo habilitaba como rey, y un abundante testimonio de las Escrituras cumplidas.
Marcos, como el siervo y profeta anunciado (Isaías 42:1) (Deuteronomio 18:15) mostrando sus acciones y consagración.
Lucas, como el Hijo del hombre, perfecto y dependiente en todo. Hombre en el cual Dios encontró todo su contentamiento.
Y Juan, como el verbo eterno, el cual estaba en el principio con Dios, y el cual era Dios venido del cielo.
Pensamientos para reflexionar