
“Nuestra pascua, que es Cristo, ya fue sacrificada por nosotros. Así que celebremos la fiesta, no con la vieja levadura, ni con la levadura de malicia y de maldad” (1 Corintios 5:7,8)
La Biblia nos habla de la levadura de malicia y de maldad. (1 Corintios 5:8)
¿Qué quiere decirnos con malicia y con maldad? Malicia es la mala intención con la cual se dice o se cree algo.
Maldad, es lo carente de bien, moral, bondad…
David fue víctima de la malicia, cuando le dijeron: “Yo conozco tu soberbia… que para ver la batalla has venido” (1 Samuel 17:28) O cuando le dijeron al rey de Amón: “¿A tu parecer honra David a tu padre, que te ha enviado consoladores? ¿No vienen más bien sus siervos a ti para espiar, e inquirir, y reconocer la tierra?” (1 Crónicas 19:3)
El pensar y decir algo maliciosamente, por lo general, hace daño al menos a tres personas:
A Quién lo dice, porque peca con sus pensamientos.
A quien lo escucha, porque tomará una mala opinión de alguien que luego posiblemente no podrá olvidar,
Y a quien es víctima de la malicia, porque además del descrédito que sufre, se entristecerá creyendo que esta es la forma como lo ven los demás.
La gente sin Cristo no puede evitar pensar mal y decirlo. Los cristianos no debemos obrar así.
Debemos limpiarnos de toda obra mala. Esto incluye, no hacer, ni decir, ni pensar mal de nadie; porque no solo lo que hacemos puede hacer daño, sino también lo que pensamos, decimos y comentamos.
Pensamientos para reflexionar