LA MUJER QUE TU ME DISTE

“Mas Jehová Dios llamó al hombre, y le dijo: ¿Dónde estás tú? Y él respondió: Oí tu voz en el huerto, y tuve miedo, porque estaba desnudo; y me escondí. Y Dios le dijo: ¿Quién te enseñó que estabas desnudo? ¿Has comido del árbol de que yo te mandé no comieses? Y el hombre respondió: La mujer que me diste por compañera me dio del árbol, y yo comí” (Génesis 3: 9-12)


Es notable, ver como desde el Génesis hasta nuestro tiempo, los seres humanos nos caracterizamos por presentarnos como víctimas de las circunstancias, argumentando consciente o inconscientemente que la culpa siempre es de los demás.  Así, sin darnos cuenta culpamos a Dios.  Eva pecó siendo engañada por la serpiente, Adán pecó sin haber sido engañado (1 Timoteo 2:14) Sin embargo, culpó a la mujer, y apuntó más alto aún al decir: “la mujer que me diste por compañera …”  pues en esa frase hay un dejo de reclamo, responsabilizando a Dios por lo que le dio, en lugar de un pedido de perdón por lo que acababa de hacer.

Así somos los seres humanos, quejosos y víctimas a nuestro parecer. Quien no tiene culpa no siente la necesidad de arrepentimiento.

Quien haya pecado y se sienta culpable, buscará ser tratado con gracia, pero quienes se quejan considerando injusto lo que les pasa, creyendo que la culpa es de los demás, no buscaran gracia, sino hacer valer sus derechos.

Debemos ser conscientes de como actuamos. Y no echar culpar ni quejarnos, sino volvernos a Dios que será misericordioso y amplio en perdonar a todo aquel que dijere, pequé y pervertí lo recto. (Isaías 55:7 y Job 33:27) Sin embargo, esto es algo tan difícil que se produzca, que para que suceda verdaderamente, se necesita de la obra del Espíritu Santo convenciéndonos de pecado.


Pensamientos para reflexionar

www.lacuevadeadulam.com.ar  weblacuevadeadulam@gmail.com

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *