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“Oísteis que fue dicho: Amarás a tu prójimo, y aborrecerás a tu enemigo. Pero yo os digo: Amad a vuestros enemigos, bendecid a los que os maldicen, haced bien a los que os aborrecen, y orad por los que os ultrajan y os persiguen” (Mateo 5:43,44)
“Así que, todas las cosas que queráis que los hombres hagan con vosotros, así también haced vosotros con ellos; porque esto es la ley y los profetas” (Mateo 7:12)
Dicen que Confucio, el filósofo chino (571- 479 AC) fue el primero en declarar la llamada regla de oro: “No hagas a los demás lo que no quieres que te hagan a ti’’ y con su filosofía orientada hacia la buena conducta y la moral, tuvo una influencia inmensa en China. Ante estos datos, muchos se encontraron confundidos, pues conocían la llamada regla de oro, dicha por Jesús, mencionada en los evangelios, pero, obviamente siglos después de Confucio. Por lo cual, surge la pregunta ¿Quién fue entonces el primero en enseñar la regla de oro reconocida como una norma de conducta sublime?
La respuesta es sencilla, pues la verdad se encuentra en la Biblia. La excelsa regla de oro, es la dicha por Jesucristo. Observemos bien que Confucio dijo que no hicieran a los demás lo que no quisieran que les hagan a ellos. Es decir, no hacer cosas feas, ni malas etc. Pero lo que Jesús dice es: “Así que todas las cosas que queráis que los hombres hagan con vosotros, así también haced vosotros con ellos” (Mateo 7:12) Lo cual es infinitamente superior, pues no se trata de abstenerse de hacer mal, sino de salir y hacer el bien. ¿Entiendes la diferencia? Eso es algo superior.
¡Jesús es maravilloso! Jesús siempre es superior a todos, pues él es Dios por sobre todas las cosas, bendito por los siglos. Amén (Romanos 9:5)
Pensamientos para reflexionar
